19 nov 2008

El mito

Se apoya en la creencia de que los muertos suelen retornar necesitados de sangre para nutrirse en las venas de los vivos. Con diferentes nombres, en distintas regiones geográficas y en variadas épocas históricas, aparecen seres ávidos de hundirse en el lago de todas las fuerzas. El mito del vampiro es, así, universal, porque universal es la necesidad del ser humano de creer en la inmortalidad y de negar la inevitable muerte. A pesar de lo aterrorizante y siniestro del mito, el vampiro debe sobrevivir. Mas cuando el hombre acepta su suerte de mortal, como dicen Chevalier y Gheerbrandt, "el vampiro se desvanece". Las erinias griegas, las lamiae de la Antigua Roma, las nefs de los árabes preislámicos, los íncubos y súcubos también griegos y los kiang-kuei chinos, son parientes del vampiro. De la palabra eslava "upuri" (espíritu de los muertos) y de la polaca "upir" surge el término húngaro "vampir" y el castellano vampiro. El mito, en su versión occidental, arraiga en el culto a los muertos, particularmente significativo para el mundo eslavo. En Rumania se cree que si no se practican puntualmente los rituales funerarios, el alma del difunto no descansará, transformándose en un "strigoi". Un niño asesinado en la matriz o apenas nacido, también puede transformarse en uno de esos seres. "Drac", que en rumano significa diablo, era el apodo aplicado para el príncipe Vlad, famoso patriota guerrero que combatió a los invasores turcos, haciéndoles sufrir, como uno de los tormentos, el del empalamiento. De este personaje "extrajo" Bram Stocker a su Drácula. Según Roux, "drakul" es una palabra eslava que designa al hereje que, luego de morir, se transforma en vampiro. Con tantas palabras extranjeras y tantas ideas siniestras, no nos ha sido fácil mantener el rumbo. Desviados, no terminamos de saber por qué ciertos muertos se transforman en vampiros. Herejes que regresan del más allá, muertos mal enterrados, hijos ilegítimos de padres ilegítimos. ¿Qué es exactamente un vampiro? "Dejando de lado los matices, su carácter esencial es el de un muerto que sale de su tumba, vaga por la noche y viene a chupar la sangre de las personas dormidas, con lo cual las lleva rápidamente a la muerte. Al alimentarse de la sustancia vital de un ser vivo, de su alma, se mantiene en buen estado, al margen de la descomposición que normalmente se produce después de la muerte", así lo define Roux mientras comenta que el vampiro puede ser un individuo fuertemente sexuado e inclusive sin sexo determinado, que se une carnalmente a los vivos en abrazos inacabables que terminan por consumirlos. Esta conducta también es propia de los íncubos - demonios masculinos - y de los súcubos - los que adoptan formas de mujer. Mas, a pesar de la similitud, el vampiro se diferencia de estos parientes en un rasgo fundamental: de un íncubo o un súcubo uno puede enamorarse porque de ellos es posible recibir afecto. En cambio, con el vampiro sólo son posibles las relaciones unilaterales en tanto él toma pero no da nada. O en todo caso, como contagia al vampirizar, sólo da la muerte y lo que a ella la caracteriza.

Este mito también se asienta en la creencia de que la sangre es vida. En consecuencia, bañarse en sangre o beberla son rituales que otorgan un extraño poder. Erzsébet Báthory lo sabía, Darvulia le repetía infatigablemente los méritos del rojo manto de sangre, de esa deslumbrante coraza de fuego robada a las vidas, ante la cual el enemigo claudica y la decrepitud se da por vencida.

1 comentario:

sebalez dijo...

Disculpa la correción, pero "Drac" en rumano significa "Dragón" y por lo tanto Vlad Tepes era un "Draculea" que significa "Orden del Dragón".
De ahí que Bram Stoker sacara su personaje "Dracula".
Además que los "Draculeas" eran una "Orden de Caballería" cristiana, así como "Los Caballeros Templarios" o los "Caballeros Teutones".