Es por varias razones que Erzsébet Báthory queda asociada al vampirismo. Por la imperiosa necesidad de sangre que se posesionaba de ella y porque su vida, desde pequeña, había transcurrido en Transilvania. Desde ese momento y en ese preciso lugar, fue víctima de un proceso de vampirización: empezaron a criarla para ser "la esposa de", teniendo que dejar, entonces, de ser esa todavía incipiente "ella misma". Aquí vuelve una imagen varias veces invocada: parecía un demonio la noche de su boda y Ferencz Nádasdy no pudo domarla. Ella trató de rebelarse y, en parte, lo logró. Pero en algo había sucumbido y fue contaminada. No tuvo defensas frente al mandato que le ordenaba ser siempre hermosa y no envejecer.
17 nov 2008
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2 comentarios:
Yo buscaría a alguien como ella...
aunque corriera el riesgo de que me envenenara con su maldad.
Creo, que ya tuve a alguien como ella...
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